Injerto de Cabello en Mujeres: Cabello nuevo, mujer nueva

El injerto de cabello es un procedimiento quirúrgico para combatir la alopecia en tanto hombres como mujeres.

¿Se puede hacer injerto de cabello en mujeres?

Como mujer el cabello es un símbolo de identidad y belleza. En las civilizaciones más antiguas, la mujer que destacaba por encima de otras era por la calidad de su cabello, abundante, largo y sedoso.

En la actualidad las circunstancias no cambian mucho, es por eso que la industria de la belleza tiene una amplia gama de productos para el cabello; pero ¿qué pasa cuando empiezas a perder tu elemento de seguridad, identidad y belleza?

Olivia Pastrana sufrió de alopecia por muchos años, tuvo que ocultar de diferentes maneras el padecimiento. Esta condición está más familiarizada con los hombres, y en una mujer es impactante.

“Durante muchos años sufrí de falta de cabello. No me podía peinar como yo quería. Tenía que ponerme muchas cosas; usar diferentes accesorios para que no se me viera la falta de cabello”.

El inicio de un problema

El cabello se me comenzó a caer después de que tuve a mi último hijo. Ya en el embarazo se empezaba a hacer evidente; los cambios hormonales y todo lo que conlleva traer una vida al mundo representa un cambio radical en el cuerpo, y mi cabello no fue la excepción.

Después de que el embarazo pasó y yo ya tenía a mi bebé en brazos, mi cuerpo comenzaba relativamente a volver a la normalidad; pero mi caída de cabello no terminaba.

Pensé muchas veces que lo ocasionaron mis hábitos de lavado con agua fría o caliente.

Fue una pérdida progresiva, había momentos en los que se detenía y yo pensaba que todo volvería a ser como antes, mi vida volvería a la normalidad; pero las cosas no fueron así. Mi problema se hacía cada vez más grande.

Llegué a tener grandes mechones de cabello en mis manos y en la regadera, estaba entrando en una clase de crisis porque no es normal ver a una mujer calva, a menos que pase por un problema de cáncer pero ese no era mi caso, entonces comenzaba mi angustia ¿qué era lo que me estaba pasando?

La búsqueda de una solución

Independientemente de que sabía que estaba pasando por un problema de caída de cabello, no sabía a quién acudir, ni mucho menos que debía buscar ayuda profesional. Además sentía vergüenza, no quería ser señalada por el hecho de estar perdiendo cabello.

Por esta razón, decidí resolver la situación yo sola y recurrí a todos los tratamientos y remedios caseros que encontraba o que me recomendaban: champús, aceites, mascarillas o hasta pastillas; hice todo cuanto estaba a mi alcance, no sabía qué más hacer.

Después de eso comencé a utilizar de manera cotidiana sombreros, gorras, gorros, pañuelos en la cabeza y todo tipo de accesorios que me permitieran disimular el problema, ya que hasta el momento ningún remedio que utilizaba tenía efecto, por lo menos este tipo de artículos me ayudaban a que la gente no lo notara.

Los intentos de recuperar el pelo o detener la caída continuaban, sin embargo también estaba perdiendo la esperanza de recuperar el cabello que había perdido.

Es difícil hacerse a la idea de que puedes quedarte sin cabello, como lo mencionaba antes, sabemos que es común ver a un hombre calvo, pero no una mujer calva, y eso era lo que más me deprimía.

Una última esperanza

Después de haber probado todo lo que tenía a mi alcance, llegó un momento en que me sentía deprimida y sin nadie que pudiera hacer nada para ayudarme, así que decidí darme por vencida y aceptar mi condición tal cual estaba.

Pensé que era momento de aceptar que el padecimiento formaba parte de mi nueva etapa de vida y el hecho de no poder peinarme como quería o tener la cantidad de cabello que tenía antes era parte de una nueva faceta como persona y me tenía que aceptar tal cual la vida me colocaba.

Así pasaron muchos años, tratando de hacerme a la idea de que es así como tenía que suceder, que los accesorios en mi cabeza para ocultar el problema era parte de mi, hasta que una persona cercana a mí me dio una noticia que me dio una nueva esperanza.

¿Has escuchado hablar del implante de cabello? Honestamente nunca había oído de eso, pero sonaba atractivo. Me explicó a grandes rasgos de qué trataba y me interesó, creo que era lo único que me faltaba por intentar antes de darme realmente por vencida.

Restaurando la confianza

Después de la explicación y de informarme un poco más de qué trataba el procedimiento de injerto capilar, decidí que quería realizarlo, sería la última oportunidad que le daba al tema y si no pasaba nada, daría por terminado este capítulo y me resignaría definitivamente a aceptar mi condición por el resto de mi vida.

Fue así como comencé una búsqueda exhaustiva del lugar correcto para hacerme el implante de cabello. Si iba a aventurarme a realizarme un procedimiento de esta magnitud y darme una última oportunidad, quería agotar mis posibilidades y hacerlo en el mejor lugar.

De esta manera llegué a clínica DrEO, y desde el primer momento en que pisé sus instalaciones supe que había llegado al lugar correcto. Me sentí cobijada por cada uno de los miembros del personal que trabaja ahí.

A pesar de que no dudé en realizarme el procedimiento, en el fondo dudaba si esta cirugía era para mí, generalmente había escuchado que eran los hombres los que se hacían estos trabajos en su cabeza, pensaba que tal vez un injerto de cabello en mujeres no sería posible.

Desde el inicio los especialistas me hablaron de manera clara, entendí que estaba equivocada y me sentí segura.

No había distinciones sobre si era hombre o mujer, el procedimiento se realiza a quienes tengan un problema de alopecia y yo lo tenía, por supuesto que podía hacerme la cirugía.

Un nuevo comienzo: después de un injerto de cabello en mujeres

Cuando los especialistas aclararon puntualmente cada una de mis dudas, tomé la decisión inmediata de realizarme el procedimiento, hice mi pago correspondiente y el día en que me harían la cirugía realmente estaba nerviosa.

Es evidente que a nadie le gusta pasar por un quirófano, pero en esta ocasión también los nervios eran sobre si realmente funcionaría el procedimiento. Después de todo llevé muchos años combatiendo mi padecimiento, la resignación poco a poco llegaba tras cada oportunidad fallida… quería creer que esta vez sería distinto.

Decidí creer, y sin más, me aventuré. Durante el procedimiento lo único que me dolió fueron las inyecciones de la anestesia, pero fuera de eso no sentí prácticamente nada en toda la cirugía, fue un procedimiento relativamente rápido.

Lo difícil o incómodo es el después de la cirugía, ya que durante el proceso de recuperación sentí muchas costras, tenía que usar gorra en caso de salir y tenía que evitar rascarme por la comezón que la producción de costras me provocaba.

Pese a las incomodidades y los cuidados después de la cirugía, todo resultó muy bien. Eso sí, tuve que ser muy paciente para ver los resultados. A pesar de haber aguantado muchos años ocultando mi problema, esperar la solución y los resultados puede parecer eterno.

Ahora que ya han pasado alrededor de dos años desde la cirugía, los resultados son completamente más de lo que esperaba. Definitivamente estoy muy contenta con ellos.

Toda esta travesía hasta llegar a donde estoy ahorita valió la pena. Mi autoestima se elevó; me siento mejor con mi apariencia y volver a ver en el espejo una imagen con el cabello que tenía antes, es como un nuevo comienzo para mí.

Estoy muy agradecida con la clínica y con cada uno de los miembros de esa familia, agradezco que me hayan hecho parte de ella y me hayan dado una nueva razón para volver a sonreír.

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El trasplante de cabello es una técnica quirúrgica de mínima invasión. Consiste en una redistribución del cabello del cuerpo.

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