Antes y después injerto de cabello. ¿Quieres recuperar la versión más joven de ti mismo? Descubre como hacerlo con un trasplante capilar
La caída de cabello es un problema que en la mayoría de las veces se presenta a una temprana edad y por lo tanto se deja pasar hasta que comienza a agravarse el aspecto de nuestro cabello y nuestro físico. Si eres esa persona, te decimos que no te sientas mal, porque todo tiene solución. Así le sucedió a Alan Cruz.
El inicio
Como adolescente, Alan fue una persona muy sociable dentro y fuera de la escuela. Para él no existían grandes preocupaciones que no pudieran ser solucionadas; su familia y amigos eran todo lo que él podía tener para ser feliz y sentirse apoyado en cada paso que decidía dar.
La apariencia física suele ser el foco de atención para muchos jóvenes de esa edad. En el caso de Alan, su físico no era algo que tuviera que ser de cierta forma para ser aceptado, ya que la gente con la que estaba, le hacía sentir cómodo con quien era.
Sin embargo, la bomba de hormonas que normalmente a los adolescentes les pega, Alan sabía controlar aquellos cambios que le sucedía en el cuerpo, pues durante las clases los maestros y los libros le habían notificado que todo eso sucedería, pero que iba a ser normal.
Como muchos jóvenes que pasan por esos cambios, la mayoría no sabe cómo responder ante ellos.En este caso, a Alan le tomaba por desprevenido el repentino enojo que sentía con sus padres, las ganas de solo coquetear con las alumnas del salón de al lado, así como el acné que salía en su cara y la caída de cabello.
Todos esos cambios comenzaba a tener, pero todos ellos podían solucionarse con una disculpa; con un jalón de orejas del maestro para que se metiera a su salón o con un remedio casero que la mamá había aprendido en su época para desaparecer aquellos molestos granos. Todo tenía solución excepto la caída del cabello, pero era parte del cambio ¿no?
La vida después de la adolescencia
Los años pasaron y Alan seguía teniendo caída del cabello. Los remedios que comenzó a utilizar durante su adolescencia parecían tener resultado, pero ese resultado no duraba más que unos cuantos meses; después volvería a caerse su cabello.
“Estuve probando todo tipo de cosas hasta que incluso me di por vencido muchas veces, caso clásico que te rapas y andas así por mucho tiempo, incluso años, pero no te resignas.”
Durante 16 años mantuvo la esperanza de reparar su caída de cabello con tratamientos e incluso con rapar lo que tenía de cabello para igualar su apariencia. “Sin embargo,llegó un momento en el que me resigné y traía gorra todo el tiempo, incluso si vestía traje,porque me sentía mal y esta condición no te da confianza.”
La relación que Alan tenía con las demás personas no era la misma, ya que al tener el problema que tenía, el ánimo para llevarse como lo hacía en su adolescencia no era el mismo, pues le afectaba que sus amigos se burlaran de él. Lo cual, en vez de ayudar, empeoraba la situación en la que se encontraba.
En realidad, la vida de Alan no era la misma después de que la caída de cabello se comenzara a presentar más agresiva. Las esperanzas por recuperar su cabellera se volvieron escasas e incluso parecían ser imposibles.
Una solución no antes pensada
Bien dicen que los mejores consejos los dan las personas que en verdad se interesan por nosotros. En este caso, uno de los amigos de Alan fue quien propuso que se hiciera un trasplante de cabello; para sorpresa de él, las esperanzas comenzaron a surgir de nuevo para quedarse.
Ahora tenía que dar el paso para encontrar el lugar ideal para poder tratar su alopecia. Durante días navegó por la web para saber qué lugar era el indicado; no obstante, para Alan no fue sencillo, ya que los precios de la mayoría de los lugares a los que iba eran clínicas comerciales que tenían precios exageradamente caros.
Como tuvo que suceder, el ánimo de Alan decaía por cada clínica que visitaba y no le convencía, pero él sabía que había más y no se iba a dar por vencido fácilmente. No quería dejar pasar otros 16 años para sentirse derrotado y sin cambios; no quería ver cómo su vida se pasaba mientras él se encontraba en ese ánimo, ya que quería volver a sentirse como antes.
Todo eso ayudó a que el ánimo no decayera y pudiese seguir adelante porque él sabía que había un lugar que podría hacerle recuperar todos esos años en los que se sintió apagado y sin confianza. Entonces, sucedió lo esperado: “Fue así como encontré la clínica DrEO por internet y agendé una cita.”
La experiencia en DrEO: Antes y Después Injerto de Cabello
Cuando Alan se presentó en la clínica, tenía consigo cierta desconfianza que era producto de todas las experiencias pasadas en las otras clínicas. Sin embargo, al pisar el lugar en el que sería atendido, sintió que todo comenzó a fluir para bien.
“Llegué al consultorio y me di cuenta que era una cosa increíble. Todo estaba absolutamente pulcro, el personal que tienen; más que un personal laboral es prácticamente una familia, es un equipo que trabaja arduamente.”
Desde la manera en que estaba todo limpio hasta el trato que tuvo fue aquello que le hizo sentir que había llegado al lugar correcto. Aunque todavía faltaba conocer al médico que lo atendería.
Después de conocer a su doctor, entendió que estaba en el momento indicado para realizarse el cambio que quería y para hacerlo en la clínica DrEO. El trato que recibió del doctor fue amable y, sobre todo, honesto. La información que tuvo acerca del problema que tenía le ayudó a entender la razón de la caída del cabello y el porqué no funcionaban aquellos remedios.
“Cualquier tipo de desconfianza que puedas tener desaparece, ya que creo que la mayoría de las personas que pasan por este proceso, al principio desconfía de lo que puede suceder, pero los especialistas de DrEO te dicen las cosas claramente y los resultados que vas a obtener desde el principio.”
Ahí entendió que si no era ese momento para aceptar hacerse un injerto de cabello, entonces nunca lo sería. Así que acordó la fecha y el precio con el doctor para cambiar su vida.
El día del procedimiento: Antes y Después Injerto de Cabello
Después de salir más confiado de su decisión, fue cuando comenzó a prepararse para la cirugía que estaban por realizarle. Regresó a su casa un Alan más esperanzado y ansioso por ver los resultados.
El día del procedimiento llegó y los nervios no dudaron en aparecer. Como a todos nos sucedería en cualquier procedimiento quirúrgico, nos sentiríamos ansiosos porque todo pase rápido y sin dolor.
En el caso de Alan, los nervios desaparecieron y la tranquilidad se hizo presente sobre su cuerpo. De esta manera, sus ojos lograron relajarse con la mente y no volvieron a ver la luz hasta que el procedimiento dio por terminado.
Antes de retirarse a su casa, Alan agradeció al doctor con un apretón de manos y una sonrisa acompañada de ojos adormilados.
Un resultado duradero
Sin dolor y con un poco de comezón en las áreas que se trabajaron fue como pasó su primera semana después de la cirugía. La felicidad y la curiosidad por mirarse al espejo no desaparecieron.
La atención que recibía del doctor en las semanas posteriores fueron de gran ayuda para quitar cualquier duda que surgiera en el momento y para saber que todo iba bien.
Un año después, con la felicidad irradiando sobre sus ojos, Alan explica lo satisfecho y confiado que se siente con el resultado de su nueva cabellera: “Al día de hoy ya pasó casi un año y dos meses desde el procedimiento y tengo los resultados que esperaba y más allá de ellos, realmente he podido ver que el cabello que me trasplantaron es cabello que está muy fuerte.”
Los temores desaparecieron y la confianza que antes solía tener con sus amigos, se fortaleció más.
“Este es un lugar médico con un buen sustento científico y especializado en el cabello, yo les recomiendo mucho que se animen y estén dispuestos a recuperar quizás parte de esa juventud que creían perdida o parte de esa motivación de la vida(…) Personalmente estoy muy contento con la decisión que tomé, no me arrepiento en lo absoluto.”
¿Te sentiste identificado? Bueno, ahora podrás ver que aquel dicho famoso tiene toda la razón: “el que no arriesga, no gana”. En este caso, de quien dependes que tengas una solución es de ti. Toma el consejo que Alan te está dando para que cambies tu vida.
¡Anímate!